Inicio de la Homeopatía en Puebla.

Este libro no pretende hacer ciencia histórica, Sino manifiesta mi intención de navegar sobre las olas que escriben los científicos historiadores. El centro de la información se encuentra en el siglo xix, el cual no es un siglo de liberación sino de olas de destrucción, de ambición, de deseos de poder, de expansión de intereses, es decir, es un siglo de cambios de poderes. Es un siglo de razones más que de realidades, un siglo de manipulaciones más que de encuentro de naciones o personales, es un siglo de guerras y muertes más que de vida. Es un siglo donde la ciencia abre la caja de sorpresas, más que una consolidación con la sabiduría; es el siglo donde los héroes alcanzan la inocencia más que la dinámica de LIBERTAD; es el siglo donde los ejércitos cansados descubren lo absurdo de dar muerte; es el siglo donde los civiles experimentan el terror infértil, de cambios absurdos, sin esperanza. Es el siglo del esplendor de la medicina mecanicista más que una realidad curativa. Es el siglo XIX donde la MEDICINA HOMEOPÁTICA se sacude contra toda lógica positivista, sosteniéndose firmemente en una realidad curativa, trascendiendo a todo poder impositivo en la única realidad sanadora. 
 
Este es un libro del reflejo del pasado en el presente, de una huella que aprisiona la dinámica del hoy humano. Mientras en el siglo XVIII se fracturan las estructuras de la fe, en el siglo xix se toma la bandera de la razón en ma-nos de seres inmaduros, cuya realidad no va más allá de un concepto de evolución, perdiéndose todo el sentido real de trascendencia, llegando a una distancia no mayor que la imposición disfrazada de progreso, civilización, cientificismo limitado, libertad idealizada y salud mecanizada. La necesidad de unificación de la cirugía con la medicina, en el siglo XIX, es la expresión más clara de un desarrollo médico mecanicista a costa de la verdadera esencia del médico que es la salud en la totalidad de la dimensión del ser humano.
 
Los cambios en la historia no suceden porque cambian los poderes, sino porque el universo es cambiante, pero ese plus que nos mueve se desperdicia en contenidos superficiales y por intereses irresponsables e individuales. La MEDICINA HOMEOPÁTICA en el siglo XIX fue una opción a desarrollar por toda la humanidad, pero fue dejada a un lado por los poderes oficiales, haciendo del acontecer de la ciencia médica un poder económico irresponsable de imposición.
 
La MEDICINA HOMEOPÁTICA se mantuvo por las vivencias y esfuerzos de un grupo de médicos convencidos y experimentadores de la salud de sus pacientes, y cuya situación existencial fue bajo un rechazo impuesto por una estructura social, cultural, científica, cerrada a un contenido de intereses, que beneficiaba a unas industrias más que a la salud de los enfermos, convirtiéndose en un conocimiento de locura y de escándalo. El horizonte dinámico, vitalista y profundo de la MEDICINA HOMEOPÁTICA quedó reprimido por los embates dogmáticos de una ciencia médica cuyos principales errores fueron: cambiar la mecánica por una antropología dinámica, las ideas por la individualidad del enfermo, haciendo de la medicina un proyecto deshumanizado y estático, tan estático como las leyes de Newton.
 
El proyecto de la MEDICINA HOMEOPÁTICA siempre ha sobrevivido por la evidencia de la curación de sus enfermos y esta es su enseñanza, su argumento, su realidad.
 
La MEDICINA HOMEOPÁTICA en Puebla no fue la excepción; los médicos homeópatas abrieron la posibilidad de una medicina dinámica frente al mecanicismo y positivismo de su tiempo, introduciendo los conocimientos de la DOCTRINA HOMEOPÁTICA a una escuela oficial, probablemente la primera escuela de medicina homeopática oficialmente reconocida en el mundo, pero los embates de algunos países europeos con intereses privados influyeron en la educación en general y en el campo de la medicina, cerrando las posibilidades de evolución de una medicina humanizante.
 
Los seres humanos escribimos nuestra experiencia en las decisiones de las opciones que nos ofrece la vida, pero mientras las decisiones trascendentales sean manipuladas por intereses de grupos, el universo gemirá frente al fracaso humano.
 
En este trabajo se encuentra una ola de acontecimientos del siglo XIX que llevaron a la humanidad a un cambio, pero no a la libertad.
 
En el desarrollo del libro doy una visión general de algunos países de Europa en cuanto a la política, a lo social, lo cultural, la salud, a la filosofía y a la medicina homeopática. Sigo el mismo esquema en México y concretamente en Puebla, donde me sitúo en la Escuela de Medicina y Farmacia del Estado de Puebla. Asimismo, abro un poco el conocimiento de los tres médicos homeópatas que intervinieron para la oficialización del programa de la MEDICINA HOMEOPÁTICA en la Escuela de Medicina antes mencionada. Finalmente, expongo algunas conclusiones del porqué la MEDICINA HOMEOPÁTICA no fue valorada y entendida en ese tiempo, lo cual ocasionó que no hubiera alumnos interesados en ella. Es importante tener presente que la mayoría de las veces, al referirme a la ciencia, me refiero a la ciencia médica.