Un grito en el misterio del estar siendo

Cuantas veces percibimos presencias no sensibles y tenemos que guardamos nuestro terror o lo oscuridad por m recio a que nos manden con el psiquiatra. Cuantas veces escuchamos voces, ruidos, pasos, puertas que se cierran o se abren, máquinas de escribir tecleando y tenemos que mantener el silencio para que no se nos llame ignorantes.

El problema del conocimiento de Ia  realidad va más allá de lo ciencia que culturalmente se los impone. La existencia siempre tendrá mayores dimensiones de conciencio que conducirán al humano más ellá de cualquier ideología del poder. Ninguna sociedad, cultura, pensamiento, religión o costumbre tienen poder absoluto para condicionar y someter nuestra capacidad de trascender. Cuántos de nosotros guardamos en nuestro interior vivencias que van más alla de lo establecido por las afirmaciones científicas. Y si nuestra visión esta desarrollada y podemos, percibir más allá de lo ordinario, la angustia de que no se nos comprenda nos tortura. Cuantas personas han sido tratadas psiquiatricamente por ignorancia científica, pues la realidad individual está más allá de uno interpretación médica.

Cuántos han tenido que soportar el desprecio por mantenerse firmes en su certeza existencial. 

En este libro encontrarás algunas pautas del porque se negaron los seres invisibles, así como de lo manea en que los intereses políticos, económicos y de ideología censuraron lo trascendente para domesticarnos en lo exclusivamente sensorial.Podrás comprender que las visiones o percepciones extrasensoriales no necesariamente son patologías, sino que también pueden ser signo de desarrollo cerebral y, algo más importante, son una manifestación de la elevada misión de ser humano supra-material.  Habrá alivio cuando sepas que hoy otros humanos que tamblén han tocado y vivido angustias, temores y oprobios semejantes por sostenerse en su experiencia, que es tan real como nuestra trascendencia. 

La misión humana es elevar lo mciterdidad a Dios y no someter nuestra trascendencia a los intereses del poder material, por muy científicos que sean.